sábado, 10 de septiembre de 2011

TERTULIAS

Siempre he sido un chico extraño para mi edad. A lo menos todo el mundo piensa eso, que terminas pensando lo mismo. No quiero saber, ni entender nada del mundo; pura miseria y sólo unos momentos de alegría. Estaba bien de esa forma, pero el tiempo pasa y las presiones nos acorralan.

O eso me ocurrió a mí. Siendo un ermitaño social, logré hacerme de algunos compinches. Muy parecidos en sus actitudes para con las mías. Nuestras reuniones de charlas nocturnas era lo único que nos permitía sentirnos partes del mundo. Ese no sé qué de compartir palabras a lo menos. Como todos los viernes y sábados por la noche; no arreglábamos el mundo, sino que el mundo parecía arreglarse para darnos cabida.

Nunca quise estar allí esa noche, como dice la sabiduría de mi madre "¿te pusieron una pistola al pecho? No!, ¿cierto?" Si, no me la colocaron, eran mis amigos aún. No quería participar, pero la amenaza de expulsión y exilio permanente de nuestras tertulias fue lapidario. Si no estaba en ellas, simplemente no hay nada, y uno se puede acostumbrar a la soledad, para no volver. Nunca me ha gustado acostumbrarme.

Al partir de nuestra tertulia a nuestro próximo destino, ya habían sido asignados los lugares: yo sería el último. Por la cobardía de mi indecisión no podía ser premiado con alguno de los primeros puesto. Y allí estábamos, sólo atiné a seguir la corriente de la situación, no podía creer que de verdad estuviera ocurriendo. Cerramos la puerta, dijimos que todo iba a estar bien y comenzamos.

Yo era el último; sólo cerré los ojos y la penetre con fuerza. Al salir de allí eramos otros y el exilio de las tertulias, fue para todos.

viernes, 9 de septiembre de 2011

DEFINICIONES

Sexo amoroso / cándido
sexo penoso / al mejor postor
adultero / infiel
y a veces, sólo a veces
amoroso

Besos lánguidos / sonoros
silenciosos y bellacos
apasionados / lúgubres
besos locos de razón
de existencia
y a veces, sólo a veces
de amor

Caricias parcas / firmes
tranquilas / edulcoradas
frágiles, fuertes e irreconocibles
caricias al pasar
algunas que quedan
y a veces, sólo a veces
con pasión

Abrazos de un éxodo
amor / des amor / de duelo
fuerza de un oso
y languidez de un pez
y a veces, sólo a veces
con cariño

Amor presente en tu
ausencia
sonoro en nuestro
silencio
calmo con la pasión alocada
y a veces, sólo a veces
es tu recuerdo...

jueves, 8 de septiembre de 2011

REBOTE

Entre la tierra húmeda y estos arbustos, estamos próximos, demasiado cerca pensaría cualquiera. Fueron meses de preparación para poder optar siquiera a dignarse a vestir éste uniforme. Que de uniforme sólo tiene que compartamos cinco hombres y una mujer iguales vestidos. Caer en la descripción del uniforme está demás.

Estando aquí, recostado sobre la tierra húmeda, entre medio de los arbustos; nos trae a la memoria los meses de preparación. El estar completamente alejados de nuestros seres queridos, familias, hijos, padres, novias, amantes; de todo aquello que alguna vez nos trajo alguna pulsación al corazón. Como escuché decir a uno de uniforme: "construir nuestra propia realidad, para crear una nueva".

Horas bajo el barro, la lluvia, con nuevos nombres, peinados, cuerpos e incluso con nuevas identidades y pensamientos. A veces no lo quiero recordar; sólo por el tiempo. Miró el reloj; es la hora, ya llega. Fijamos posiciones, sacamos los seguros... Comienza la primera ráfaga de balas (que no fallen tantas, como muchas veces en la preparación), ahí va la primera granada. Siento un grito detrás de mí, cae uno de los nuestro; no sé quién, andamos de uniforme no somos individuales, somos un colectivo; pero a su vez, caen tres de ellos y el ideal cobra más fuerza. Por fin aparece en la curva, un Mercedes Blanco, como sabíamos. Es ahora o nunca, sentimos el cohete de la bazuca cruza el aire, todo a llegado a su fin... pero después de un alegre suspiro por los aires, silencio. ¿No debe haber una explosión? Eso dice el manual y las películas, en la preparación también hubo una. Acá sólo el maldito silencio.

Luego sabríamos que no explotó; que sólo entro en el auto y rebotó. Lo supimos al día siguiente; en esos momentos corrimos sabiendo que perdíamos la mejor oportunidad de cambiar la realidad. Corríamos por nuestras vidas, esas otras vidas, porque nos creamos una nueva realidad; pero esta nos cambió a nosotros.