lunes, 7 de marzo de 2011

Malditas etapas ...

Pareciera tonto decirlo, pero a veces es necesario tocar fondo para poder darse cuenta que uno está en el mismo fondo. Donde parece que todo es obscuro, que no se vislumbra una salida próxima, ni mucho menos algo de luz sobre tanta negrura. Dirigimos la mirada por dónde sube el humo del cigarrillo -que a esas alturas has perdido la cuenta de cuántos son ya- y ver si podríamos escaparnos un momento con el, desvanecernos en ése mismo instante.

En ése estado me encuentro yo, es difícil poder describirlo de alguna mejor manera, pienso que no soy el únido -por algo los libros de auto ayuda son best seller en donde los coloques, y no me vengan con "pachorradas" aquí, estoy seguro que todos hemos leído uno a lo menos en la vida-, y en el caso de otros, tenemos las ganas de escribir uno, porque nos sentimos tan mierda que no queremos volver a pasarlo y contar cómo llegamos a ésa mierda (no se alarmen, no es para nada mi idea).

Pero bueno, uno de los tantos consejos de estos libros de auto ayuda es la escritura como catarsis cuando ya no ve cómo salir del entuerto en el que se encuentra, pero por lo menos sirve para dimensionarlo y tal vez para apreciar cómo uno la está jodiendo de lo lindo por la vida.
No será mi diario personal, pero quizás la poesía, la prosa y la palabra -que suena mítica éste conjunto de tres sílabas- me ayuden en algo. Porque como siempre he pensado, tienes que ser un tipo con un problema muy serio (como ser miserable o estar cagado en plata) para poder decirte escritor/a...