domingo, 12 de diciembre de 2010

Cosas de pareja...

La vida en pareja es difícil, no sé quién fue el sabio que dijo eso.
Y me lo pueden decir a mí, que he pasado por esas crisis terminales de relación y que hemos sabido sortear, porque por fin he descubierto el secreto de la pareja: ¡¡¡ES QUE SON DOS!!!

Por muy obvio que resulte, muchas veces no lo vemos así, sino que siempre queremos imponer la propia voluntad por sobre el otro, cuestión que nunca resultará y llevará a una pelea tras otra. Leyendo a un sexológo argentino -no hago publicidad gratis- contaba que el gran consejo que da en su consulta es ése, dar cuenta que vivimos la vida en pareja, en par, de a dos y no somos alguien con un órgano anexo con el cual de vez en cuándo intercambiamos saliva y otros fluidos.

Por ello es tan importante la comunicación, saber que le gusta y le disgusta al otro, que nos gusta y nos molesta a nosotros, porque si tratamos que la otra persona lo adivine estamos completamente errados, y por culpa de las deformaciones que nos genera el cine con esos príncipes azules y doncellas que quieren ser rescatadas. Nada más alejado de la realidad, nosotros debemos buscarla, o a veces sólo esperar pero saber mantener esa comunicación.

No existe la perfección dijo Hopkins, el físico. Si lo dice una de las mentes más brillantes del planeta, algo de razón debe tener. Entonces ¿por qué nosotros buscamos a la pareja perfecta? La construimos en nuestra cabeza y luego pretendemos adoptar ése molde para buscar pareja. No, la imperfección propia de la vida también se revela en ése campo y si no sabemos lidiar con ello sólo nos espera una vida llena de sufrimientos en el amor.

Sepamos ceder, conceder y también opinar. Si no, la vida en pareja no sirve de nada. Si los polos opuestos se atraen, no esperemos que todo sea color de rosa, sino que más bien actuemos como esos dos polos opuestos, pero que sabemos interactuar, y por sobre todo, amar...